En la entrada de hoy os vamos a mostrar una serie de sencillos consejos para conservar adecuadamente una botella de vino que ha sido abierta y a la cual aún le quedan algunas copas.

1. Conserva el corcho original

Todos los expertos coinciden en que una vez que descorchamos una botella de vino es necesario conservar el tapón de corcho y por supuesto, volver a colocarlo correctamente. Uno de los fallos más comunes es pensar que el lado limpio, ese que da al exterior, va a encajar mejor en la botella. Sin embargo, lo mejor es no coger esta costumbre. ¿Por qué?

Pues porque el lado manchado ya ha entrado en contacto con el vino y por tanto ha absorbido sus características de aroma y sabor. Esto es muy importante, ya que el “lado limpio” puede no estarlo y echar a perder en cuestión de días el mejor de los vinos.

2. El frío ayuda a mantener el vino

Después de comer la comida no se deja en la mesa, lo que sobra se introduce en un tupper y normalmente acaba en la nevera. En este sentido, tampoco debes dejar la botella de vino a temperatura ambiente una vez que le has puesto el corcho.

Según el tipo es aconsejable una temperatura más o menos baja y aunque el frío no va a evitar que el caldo se deteriore, sí que va a retrasar este proceso de manera significativa, dándote tiempo de sobra para acabarlo.

3. Cuidado con el aire

Por si no lo sabías, el aire es uno de los elementos que más corrompen las propiedades del vino, alterando su aroma y sabor. Si no queremos que estas características se desvirtúen no nos queda otra que reducir la exposición del caldo al aire. ¿Cómo lo hacemos? A continuación os proponemos una alternativa.

  • 3.1 Dispensadores de vino

Para los más sibaritas, existen unos dispensadores de vino que funcionan con nitrógeno y que permiten servirlo en óptimas condiciones sin importar el momento en que se haya abierto la botella. Se trata por tanto de un complemento indispensable para disfrutar de la primera a la última copa sin menoscabo en la calidad.

Estos dispensadores mantienen el caldo en perfectas condiciones entre dos y cuatro semanas, sin alterar las propiedades gracias a su novedoso sistema. ¿En qué consiste? Pues en sustituir el oxígeno (que como hemos visto actúa degradando el vino) por un gas inerte como es el nitrógeno, que no afecta a sus propiedades aunque se haya abierto la botella.

4. No la abras si no merece la pena

Casi todos los amantes del vino tienen en casa botellas de gran calidad y elevado precio que están reservadas para situaciones especiales. Tampoco decimos que las conserves como una reliquia y no las abras nunca, porque su fin es disfrutarlas. Pero sí que tengas en cuenta que estos vinos excelentes es mejor acabarlos de una vez.

Por lo tanto, teniendo en cuenta que de una botella suelen salir seis copas, lo mejor es disfrutarlas siempre en buena compañía.