El sabor del auténtico cheesecake

Si quieres disfrutar de auténtico cheesecake, te animamos a que vengas a Boroa y pruebes nuestra Tarta de queso, frutos rojos y cereza que puedes encontrar en nuestra carta. Perfumada de limón vainilla, base crocante, salteado de frutos rojos, sorbete de cereza y espuma de queso de cabra. ¡Simplemente espectacular!

Cuando hablamos de tartas de queso o cheesecake, algunos de nosotros pensamos automáticamente en las ajetreadas cafeterías neoyorquinas. Sin embargo, como vas a descubrir en la entrada de hoy, su origen no tiene nada que ver con Estados Unidos.

¿Cuándo surge la tarta de queso?

El primer antecedente confirmado de la tarta de queso lo tenemos en la Antigua Grecia. Más concretamente en la Isla de Samos, hace 4.000 años. En la cultura clásica, el queso era considerado una fuente de energía. De hecho, era el “alimento oficial” de los atletas que participan en los Juegos Olímpicos.

Ateneo y la invención del cheesecake

En el siglo III antes de nuestra era, encontramos la primera receta del cheesecake. Se le atribuye al autor Ateneo. Y su preparación era muy sencilla. Solo había que triturar el queso e introducirlo en una olla de cobre. A continuación, se añadía miel y harina y se dejaba enfriar antes de servir.

La llegada de los romanos

Cuando los romanos conquistaron Grecia quedaron fascinados por su cultura y gastronomía. Las tartas de queso o libuma se convirtieron en un botín de guerra tan preciado como las propias pinturas y esculturas. Además, aprovecharon para modificar la receta, incluyendo huevo y el proceso de horneado.

El cheesecake se extiende por el mundo

El Imperio Romano llevó el cheesecake consigo a otras partes de Europa y el mediterráneo, lo que aumentó en gran medida su popularidad. En cada región, la receta se adaptó a los gustos y tradiciones gastronómicas locales. Sin embargo, hasta su llegada al continente americano (siglo XVIII) la tarta de queso no se parecía demasiado a la que conocemos en la actualidad.

La tarta de queso en estados Unidos

Para que te hagas una idea, tuvimos que esperar a 1872 para que se añadiera el queso crema a la receta. Como es habitual, el descubrimiento se debió a un accidente. Un repostero de New York intentaba emular una variedad de queso francés sin éxito. Pero a cambió logró la fórmula de un nuevo producto suave y cremoso que tendría un gran éxito. Y que se comercializó años después como Philadelphia Cream.

En el siglo XX, la tarta de queso se convierte en uno de los estandartes de la cocina norteamericana. Especialmente en las cafeterías y restaurantes neoyorquinos, donde cada establecimiento tiene su propia versión de la receta. Aunque también hay otras variedades famosas como la de Chicago, que se elabora con crema agria. O la de St Louis, que incluye otras capas de ingredientes.

La tarta de queso hoy en día

La tarta de queso es muy popular en distintos rincones del planeta. En Italia es habitual incorporar mascarpone, ricota y miel. En Grecia (la actual, no la antigua) se prepara con queso feta. Los alemanes prefieren el cottage. Y en Japón encontramos un postre similar confeccionado a base de claras de huevo y almidón de maíz.

Como ves, 4.000 años de historia han dado para muchas recetas distintas. Que además del queso, tienen en común un sabor delicioso.